Tú brillas sobre los esplendores de mi pensamiento.
Tú me iluminas de una luz, que es para mí, casi insostenible.
Tú me das vida.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
La gente falsa no habla, insinúa.
No conversa, susurra.
No elogia, adula.
No desea, codicia.
No pide, exige.
No sonríe, muestra los dientes.
La gente falsa es pobre de espíritu,
porque no camina, se arrastra en la vida,
saboteando la felicidad de los demás.
La gente falsa ignora la belleza
y la nobleza de ánimo porque no ama,
y así termina por no vivir, apenas existe...
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados