Olga Maria Sain
© Derechos Reservados
lunes, 2 de marzo de 2015
Las palabras
En un mundo donde todos anhelan incondicionalidad,
se debería entender la cualidad de las palabras.
Ellas jamás se van. Acuden en los silencios. Y en las melodías.
En las tristes tardes de melancolía.
Y en las lluvias vestidas de fe.
Están cuando el amor. Y cuando el desamor.
Cuando la alegría. Cuando la duda.
Cuando la cobardía.
Cuando el temor.
Siempre, incondicionales. Inmortales. Indispensables.
Hasta en el más recóndito espacio en el que se guarda el secreto más profundo, una palabra lo desnuda en un segundo.
Y nos recuerda, que no hay silencio más mudo que aquél que pretende desoírse.
Los silencios, también están plagados de palabras.
Olga Maria Sain
© Derechos Reservados
En un mundo donde todos anhelan incondicionalidad,
se debería entender la cualidad de las palabras.
Ellas jamás se van. Acuden en los silencios. Y en las melodías.
En las tristes tardes de melancolía.
Y en las lluvias vestidas de fe.
Están cuando el amor. Y cuando el desamor.
Cuando la alegría. Cuando la duda.
Cuando la cobardía.
Cuando el temor.
Siempre, incondicionales. Inmortales. Indispensables.
Hasta en el más recóndito espacio en el que se guarda el secreto más profundo, una palabra lo desnuda en un segundo.
Y nos recuerda, que no hay silencio más mudo que aquél que pretende desoírse.
Los silencios, también están plagados de palabras.
Olga Maria Sain
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