Regalo mi sonrisa a quien me ha dado seguridad en los peores momentos, a quien ha sabido ver más allá de mi serenidad aparente.
a quien siempre me ha escuchado,
a quien me ha entendido y a quienes lo necesitan.
Regalo mi sonrisa a esas personas que aún no han encontrado la paz interior que precisan.
Y a los que se rindieron cansados de luchar.
Me regalo una sonrisa porque es algo sagrado que no debo permitir que nadie me quite.
Negarla a los demás es triste, pero hacerlo con uno mismo es perder algo muy importante.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados