No conversa, susurra.
No elogia, adula.
No desea, codicia.
No pide, exige.
No sonríe, muestra los dientes.
La gente falsa es pobre de espíritu,
porque no camina, se arrastra en la vida,
saboteando la felicidad de los demás.
La gente falsa ignora la belleza
y la nobleza de ánimo porque no ama,
y así termina por no vivir, apenas existe...
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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