Dile a cada uno de los que hacen la guerra, los nombres de aquellos a los que ejecutan. Diles a sus oídos, el motivo por el cual se llaman así. Háblales de su historia, de sus juguetes preferidos, del color de sus ojos, de lo que han temido. Y de lo que creen. Diles a sus oídos, a quiénes. Y luego, pregúntales por qué.