Nuestras heridas, nuestro dolor, lo vivido, todo lo que hemos sufrido en el pasado, ha influenciado y condicionado nuestra forma de ser. Recordemos, no obstante, que florecemos cada día y que sólo aceptando nuestros límites, nuestra fragilidad y trabajando sobre nosotros mismos, podremos hacer más colorido y perfumado nuestro jardín.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados