Cuando estás mal, muchos te preguntan cómo estás y se limitan a tenerte lástima porque tus problemas tal vez les tocan, pero no les afectan. Un verdadero amigo no te pregunta nunca cómo estás, ya lo sabe. Y en silencio te abraza, porque tus problemas se vuelven también suyos.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
No hay comentarios.:
Publicar un comentario