viernes, 6 de marzo de 2015

Cuando uno necesita estar solo.
Cuando necesita encontrar el orden.
Y el desvío.
Ese natural encuentro con uno mismo.
Con sus enconos. Y sus dolores.
Y la fragilidad de las fortalezas.
Las grietas de los muros.
Y ese deseo fecundo de encontrarnos.
Frágiles. Y sensibles.
Vulnerables. Accesibles.
Lejos de las razones y muy dentro del sentir.
Allí, donde se necesita que nos acunen.
Nos silencien con un beso.
Y en un abrazo pecho a pecho,
nos dejen saber que estamos vivos.
Dolidos.
Sentidos.
Vibrando el crecimiento.
Y su motivo.
Cuando uno necesita estar solo.
O lo que es mejor decir, acompañado de uno mismo.

Olga Maria Sain
© Derechos Reservados 2015


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