Siempre decimos que necesitamos de los sueños para vivir... ¡pero también los sueños nos necesitan! Para seguir siendo soñados, esperados, perseguidos... vividos.
Cuando una persona se enoja, grita, llora, discute luego se calma y todo pasa. Si se siente decepcionado, grita hacia adentro, muestra una calma aparente, pero no pasa...se siente lastimado por dentro y cambia.
Me ha pasado de esperar y no ver llegar. De llamar y no recibir respuesta. De llorar y no tener a nadie dispuesto a darme un abrazo. Nada pasa, nadie está. Entonces entendí que solo yo podía salvarme.
Me gustan las personas heridas, que no tienen miedo... ellas piensan que no son especiales y no saben que son excelentes porque saben del dolor, saben de la vida, saben de esperanza...