Se aprende todo en la vida, incluso de las cosas más difíciles. Se aprende a sonreír cuando se pierden la ganas de hacerlo. Se aprende a llorar cuando por orgullo no dejamos caer las lágrimas. Se aprende a caminar cuando las decepciones nos paralizan. Se aprende a correr cuando se quieren alcanzar los sueños. Se aprende a elegir a quién llevar con nosotros y a quién dejar atrás.
Soy una mujer como cualquier otra, que en la vida ha sufrido, que ama, que ha perdido y ganado. Mi carácter es alegre y amable cuando me respetan como lo hago yo.
Llega la noche para: Quien esté cansado. De hoy. De ayer. Tal vez también ya de mañana. De si mismo. De los demás. De quienes quiere cerca, pero no están. De quien tiene a su lado y le molesta. De las palabras escuchadas. De lo que ha visto. De las actitudes de los que que tienen mucho y ofrecen nada. De los errores cometidos... Mañana será un nuevo día. El, (que somos nosotros), asimilará los sucesos, enfrentará con una sonrisa el día. Pero ahora no. Ahora hay que descansar. El mañana nos traerá nuevos motivos para vivir y sonreír.
Existen días en los que la mentira no alcanza a rozar la piel, días en que la verdad se hace visible, días en que nuestras virtudes se acrecentan y la esperanza nos abraza con su luz.
Los días se vuelven hermosos cuando: No le das demasiada importancia a lo intrascendente, cuando puedes cerrar puertas inútiles, cuando reconoces tus defectos, cuando tienes cerca a tus afectos, cuando puedes gozar de las cosas simples. Porque son precisamente esas cosas simples las que te bastan para colmar la vida.
El único viaje que vale la pena hacer es la búsqueda de nosotros mismos. No se necesitan maletas, sólo un billete de ida. El regreso no está previsto porque es un viaje que nunca termina...
Hay personas que te abrazan incluso sin tocarte, te aprietan también aunque estén lejanas. Esto sucede porque ellas son las que viven en nuestros corazones.
Siempre es un buen día, si estamos aquí. Si podemos ver el sol cuando sale, si podemos admirar el nacimiento de una flor, si nos ilumina el alma la sonrisa de las personas queridas, si recibimos el saludo de nuestros amigos. Siempre es el día correcto para mirar alrededor y decir: Gracias.
Hay un momento, en la noche, que se convierte en un lugar donde cada uno de nosotros escucha las buenas noches con la voz de la persona que tenemos en el corazón.